Zapatillas hechas con impresión 3D y una historia que parece ciencia ficción.
Cuando escuchás que algo fue impreso en 3D, te imaginás un mate, un llavero o tal vez un repuesto para arreglar algo en casa. Pero no, las Nike Air Max 1000 vienen a patear el tablero, porque no estamos hablando de un prototipo ni de algo decorativo. Estamos hablando de zapatillas, de esas que te ponés para salir a correr, y que están hechas casi enteramente en una impresora 3D.
Sí, Nike lo hizo. Y lo que más impresiona no es solo el producto final, sino cómo lo lograron. Es como si las zapatillas vinieran con un certificado que dice: “Esto es el futuro, y vos lo podés usar”.
La historia detrás de estas zapatillas impresas
Todo empezó con la colaboración entre Nike y Zellerfeld, una empresa que parece salida de una película futurista. Usaron impresoras 3D de alta precisión y un material llamado TPU (que, entre nosotros, es como el Messi de los plásticos: flexible, duradero y reciclable).
El resultado es una zapatilla que no tiene costuras, no necesita pegamento y está pensada para ajustarse a tu pie como si fuera un guante. Imaginate esto: te ponés la zapatilla y cada parte se adapta exactamente a lo que tu cuerpo necesita. Es como si tu pie le estuviera dando órdenes al zapato.
Ah, y no me olvido de algo importantísimo: los sobrantes del material no se tiran. Se reciclan para hacer más zapatillas. Así que, además de ser futuristas, son amigables con el planeta. ¿Se puede pedir más?
¿Cómo se imprimen estas zapatillas?
La tecnología que usaron parece magia, pero tiene su ciencia. Arranca con un diseño digital que incluye cada detalle de la zapatilla, desde la textura de la suela hasta cómo debería moverse el empeine. Ese diseño se envía a una impresora 3D, que construye la zapatilla capa por capa con el TPU. ¿que impresora usan? No lo sabemos.
En lugar de pasar por costureros, pegamentos y ensamblajes, la zapatilla sale lista para usar. Literalmente, podés imaginarla saliendo de la impresora y poniéndotela ahí mismo.
¿Cuánto salen estas joyitas?
Acá viene la parte que duele un poquito, pero no tanto. Aunque todavía no hay un precio oficial, en eventos como el ComplexCon en Las Vegas, Nike ofreció las primeras unidades por unos 300-500 dólares. Para nuestro mercado es una fortuna. Igual, no te emociones mucho: por ahora están en fase de prueba, pero si el mercado responde, no sería raro que las veamos en algún momento por estos lados.
Impresión 3D en el calzado: ¿un cambio de era?
Lo que Nike está haciendo con las Air Max 1000 no es solo vender zapatillas, sino mostrarnos cómo podría ser el futuro de la fabricación. Producción bajo demanda, menos residuos, personalización total. ¿Te imaginás pedir unas zapatillas y que te lleguen hechas exclusivamente para vos? Eso es lo que está en juego acá.
Y por si fuera poco, el uso del TPU y el reciclaje de los sobrantes nos da algo que a esta altura todos buscamos: tecnología que no solo sea impresionante, sino también sostenible.
¿Quién hubiera dicho que la impresión 3D iba a terminar siendo el zapatero de confianza?